FOTO. GOOGLE |
El
sonido de la cafetera me ha devuelto a la realidad. El camarero ajeno
totalmente a mis pensamientos, intenta parecer agradable a pesar de que no hago
ningún esfuerzo por agradecerle sus muestras de simpatía.
Este
no es un buen momento ni para esto ni para nada.
Acabo
de ingresar a mi padre y lo único que pretendo es tomarme un café en algún
rincón para poder asimilarlo con tranquilidad.
Así
que después de darle las gracias, me encamino hacia la mesa más lejana. La
verdad es que el hombre tan solo intenta ser amable, a pesar del lugar en el
que estamos. Realmente, no tiene la culpa de trabajar en la cafetería de un
hospital.
Necesito
un poco de sosiego; tan solo eso y esto lo pienso mientras observo a través del
cristal cómo van llegando caras conocidas para mí, sin dejar de dar vueltas con
la cucharilla dentro de la taza.
La
verdad es que no tengo ganas de hablar con nadie.
No
es momento para palabras.
Después
de dar un sorbo, saco mi cartera para buscar la foto que me ha acompañado toda
mi vida.
Es
una imagen que nos tomaron a mi madre y a mí sin darnos cuenta. La hizo mi tía,
porque, según ella, aquel momento se trataba de uno de los más importantes de
nuestra vida.
En
la imagen, me puedo ver al lado de mi madre de espaldas. Ella lleva el pelo
suelto y un vestido estampado, mientras que yo, con pantalones cortos, le llego
prácticamente por la cintura. Ella me coge la mano y tengo la otra levantada
haciendo un gesto de despedida.
Si
no recuerdo mal, creo que tengo cinco años y medio en ese momento.
En
el fondo de la foto se puede ver todavía, a pesar de los años y de lo gastada
que está, el culo del tráiler del camión de mi padre.
Aquella
fue mi primera despedida y aún puedo recordar la expresión del rostro de mi
madre, por mucho que ella se esforzara por disimular.
Fue,
sin duda, la primera vez que dije adiós.
Después
de eso, vinieron muchas despedidas más. Mi vida se convirtió en un ciclo en el
que vivíamos sin él, esperando su regreso. Por eso mi obsesión por conseguir
que a mis hijos no les pasara lo mismo.
Durante
años vivimos todo tipo de situaciones sin dejar de sentir su ausencia, desde
algún ingreso en el hospital por alguna rotura con su consecuente escayola, a
un sinfín de cumpleaños sin él, a no recordar la sensación de tenerlo en casa a
la hora de irme a la cama, a no jugar apenas algún partidillo o simplemente
pasarnos la pelota, a que no me llevara a la barbería para acompañarme a
cortarme el pelo, a no poder llamarlo alguna noche cualquiera cuando tenía
pesadillas… la lista podría ser interminable.
Pero,
aun así, él siempre regresaba y las escasas horas de las que disponíamos en las
que no me separaba de él ni con una palanca, las disfrutaba al máximo; porque,
aun siendo un niño sabía que él se esforzaba para que no tuviéramos ninguna
necesidad; aunque, realmente, la verdadera necesidad fuera el vivir sin él.
La
verdad es que me habría encantado llegar a casa cada tarde del colegio y que él
hubiera estado allí; pero no pudo ser y por eso, nunca le di muestras a mi
madre de nada. Por alguna razón mi instinto me decía que no debía hacerlo.
Bastante tenían con luchar día a día por salir adelante.
Él
devoraba kilómetros por nosotros con unas condiciones de trabajo que dejaban
mucho que desear. Aun así, en ningún momento flaqueó ni nos demostró cómo vivía
su soledad día tras día enroscada a un volante.
Mi
padre es el hombre más valiente que he conocido.
Lo
lamentable es que ha enfermado ahora que por fin se acaba de jubilar y puede
disfrutar de la vida, y la triste ironía es que siento nostalgia al desear que
ojalá estuviera viendo en este momento el culo de su tráiler alejándose por
momentos.
Mientras
pienso en esto, vuelvo a meter la fotografía con cuidado en mi cartera y me la
guardo en el bolsillo interior de mi chaqueta, justo sobre mi corazón; porque
acabo de ver cómo mi madre me busca con la mirada y es tan grande la sonrisa de
felicidad en su rostro que despeja todas mis dudas.
El
campeón tan solo ha hecho una pausa para repostar y coger fuerzas para
continuar.
Y
no puedo sentirme más orgulloso.
Luisa Sempere
Ecosport Titanium T-Shirt | TITanium-Arts
ResponderEliminarEcosport Titanium T-Shirt. $16.85. titanium steel Default Title. Add to cart. titanium legs Category: T-Shirt - titanium trim reviews T-Shirt. urban titanium metallic Default Title. Add to cart. Category: snow peak titanium flask T-Shirt. Default Title. Add to cart. Category: T-Shirt.