La
verdad es que había pensado que iba a tardar más en notar respuestas a mi
escrito del otro día. No ha sido así y me encanta, porque es una forma de dar
pie a aclarar las posibles dudas.
Vamos
por partes…
En
primer lugar, yo, me llamo Luisa María Sempere y siempre, cuando digo siempre,
es siempre, firmo mis escritos con mi nombre. Y esto es un dato importante para
el que quiera dirigirse a mí directamente. Estoy abierta en todo momento al
dialogo, siempre con la intención de conseguir mejoras.
En
segundo lugar, soy una de las integrantes de la Plataforma En Ruta Todos a Una,
que surgió después de comprobar que se quería centrar solamente en luchar por
conseguir mejoras para los conductores con tarjeta. Cuando pienso que todo no
se reduce a eso.
¿No
os sobra comprobar que tras años y años de lucha por los derechos por separado
no se ha conseguido nada?
¿Qué
diferencia a unos de otros? Está claro que dentro del gremio tienen que existir
oportunistas que intenten sacar beneficio propio a costa de los demás; pero, es
injusto que paguen justos por pecadores.
¿Hace
daño el falso autónomo al que no lo es? Pues sí; pero los detractores no ven
más allá del concepto. No hay que dudar en ningún momento en la situación económica
de uno de vosotros cuando se ve forzado a firmar algo que no solo lo condena a
trabajar en condiciones malísimas, sino que tiene que afrontar una vida laboral
que roza la esclavitud por tener que llenar la nevera. Todos tenemos hijos.
La
Plataforma En Ruta Todos a Una no recibe “pasta” (como pensáis algunos) de ningún
sindicato ni organismo gubernamental ni por parte de los empresarios.
Repito…
Es
una organización SIN ÁNIMO DE LUCRO.
Sé
que es difícil de entender, pero como dije el otro día, la inteligencia del mal
pensado por desgracia es más efectiva y más rápida del que lo único que pretende
es conseguir un trabajo digno.
Pero,
como decía mi abuela (que era una mujer muy sabia)… Contra la estupidez, la
envidia y los celos no se han inventado vacunas.
Y
creo que esta es la razón de que nos encontremos en este punto. Si no somos
capaces de anteponer el bien común a nuestro propio orgullo lo único que se
conseguirá es tener las neveras vacías y que trabajadores de otros países
aprovechen la coyuntura para adueñarse del sector, que es al fin y al cabo lo
que interesa.
En
tercer y último lugar, como plataforma tenemos el mismo derecho por
Constitución que todo el mundo a expresar nuestras opiniones. Al que piense que
después de dos años no hemos conseguido nada, es que no tiene suficiente visión
cómo para aceptar que en comparación a todos los años en los que se ha luchado
por separado y no se ha conseguido nada.
Aceptamos
el derecho a levantar el puño, de la misma forma que se tiene que aceptar que
nuestro medio es la palabra. No es cuestión de poner los cojones sobre la mesa,
es el momento y la hora de actuar con inteligencia.
Solo
hay un camino y es la unión.
Y
pienso que esto es lo que nos diferencia con el resto de Europa. Es más fácil criticar
y si puede ser por la espalda mejor, que afrontar un hecho y luchar por él.