Nunca sabré con exactitud cuál será la próxima estación de tren a la que llevaran mis pasos… Pero si la que quedo atrás; momentos de ilusión, tranquila armonía, alegrías compartidas, qué llevare en mi corazón y en mi memoria…
El solo recordar la hermosa aventura, provoca en mi después de días transcurridos sensación de bienestar, la satisfacción de estar aportando mi granito de arena, de haber encontrado almas gemelas. que necesitan poner voz a la realidad que vivimos miles de familias del transporte. Sin miedo a los obstáculos, con la verdad como bandera, y sin duda alguna con inmenso amor. Y con todo mi respeto pará vosotras mujeres de transportistas…gracias Blanca…gracias Maite… por ser estupendas compañeras de viaje.